Panorama fiscal y de financiamiento
en América Latina
*Desafíos de
la política Fiscal pos-COVID
Haciendo un análisis de la
situación coyuntural de toda América Latina y tomando en cuenta publicaciones
de la CEPAL podemos afirmar que en 2020 y 2021, en los países de América Latina
y el Caribe se tomaron importantes medidas fiscales para contrarrestar el
impacto social, productivo y económico de la pandemia de COVID-19. La fuerte
contracción de la actividad económica socavó los ingresos públicos. La caída de
la recaudación tributaria limitó los recursos disponibles para responder a la
crisis. Por otra parte, el gasto público se expandió mucho como resultado de
los importantes paquetes de medidas fiscales que se adoptaron. Esta dinámica de
los ingresos y los gastos dio como resultado déficits fiscales, tanto globales
como primarios, históricamente elevados. Las crecientes necesidades de
financiamiento llevaron a una expansión significativa de los niveles de deuda.
La inversión pública y privada es
una herramienta indispensable para impulsar la recuperación y transformación
exitosa de las economías y sociedades de la región. Por ello es importante
dirigir estos esfuerzos hacia sectores que reduzcan
la huella ambiental de la actividad económica, que fomenten la creación de
empleo productivo y de calidad, y que promuevan el desarrollo de cadenas de
valor. La CEPAL ha señalado, que existen
varios sectores dinamizadores que podrían impulsar un cambio estructural
progresivo. Entre ellos destacan los siguientes: la transición energética hacia
las energías renovables no
convencionales; la movilidad sostenible
y el espacio urbano; la revolución
digital para la sostenibilidad; la industria manufacturera de la salud; la bio economía; la economía circular, y la
recuperación sostenible del sector turístico.
A modo de ejemplo, una inversión
anual equivalente al 1,35% del PIB en la transformación de la matriz energética
basada en energías renovables conllevaría una reducción de un 30% de las
emisiones acumuladas de CO2 y generaría 7 millones de puestos de trabajo entre
2020 y 2032. En la misma línea, la promoción de actividades relacionadas con la
economía circular basadas en cadenas de producción local y en la gestión y el
reciclaje de residuos podría generar hasta 450.000 puestos de trabajo y
aumentaría el PIB regional en un 0,35%.
Aunque la crisis afectó a
empresas de todos los tamaños, las
mipymes se vieron especialmente perjudicadas. Debido a su tamaño, estas
empresas suelen funcionar con un flujo de caja limitado y márgenes pequeños de
ganancia, por lo que estuvieron excepcionalmente expuestas a la paralización de
la actividad económica. Además, el acceso a la liquidez, que podría ayudarlas a
superar una crisis a corto plazo, a menudo se ve limitado por la falta de acceso al financiamiento del sistema bancario formal. El peligro
que suponía el cierre generalizado de las mipymes, que representan el 88,4% de
las empresas y el 27,4% del empleo en la región, llevó a que en los países se
tomaran medidas para brindar liquidez en condiciones preferenciales a estas
empresas .
Si bien estas medidas permitieron proporcionar
una asistencia esencial a estas empresas en el corto plazo, un gran desafío
radica en que saldrán más endeudadas de esta crisis. Esta situación se debe a
que la mayoría de los programas implementados para proteger la estructura
productiva durante la pandemia conllevó la formación de pasivos a través de la
postergación de las obligaciones impositivas y al otorgamiento de préstamos
preferenciales o garantías estatales de crédito. Más allá de la urgencia de la
crisis, deben considerarse mecanismos complementarios de financiamiento que
ayuden a las mipymes a incrementar su productividad y que incentiven la
actividad en sectores estratégicos.
Como conclusión agregamos que en
este proceso, los gobiernos deberían
fomentar alianzas estratégicas con el sector privado para determinar mejor qué
oportunidades existen, diseñar proyectos más adaptados a las soluciones
consideradas y construir estrategias financieras robustas y capaces de sostener
esta labor en el tiempo. Desde el punto de vista de la acción pública, hay
varias áreas que podrían incentivar un nuevo modelo de desarrollo productivo
basado en una revolución digital y en el uso de tecnologías limpias.
Un análisis un poco más detallado
sobre la situación de Argentina en
cuanto a financiamiento para mipymes
vemos que el banco central amplió la
oferta de líneas de financiamiento al sector privado en condiciones más
favorables que las del mercado. Esta ampliación incluyó un conjunto de
programas del Ministerio de Desarrollo Productivo a través de los cuales se
otorgaron nuevos préstamos, bonificaciones del costo financiero y garantías de
crédito, que se financiaron con el Fondo Nacional de Desarrollo Productivo
(FONDEP) y el Fondo de Garantías Argentino (FoGAr). Por otra parte, el banco
central implementó la Línea de Financiamiento para la Inversión Productiva
(LFIP), que establece que los bancos deben mantener un saldo mínimo de
financiamiento destinado a microempresas y pequeñas y medianas empresas
(mipymes) para capital de trabajo y la adquisición de bienes de capital.
Dra. Lidia B. Castelar López
Junio 2022
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