sábado, 16 de julio de 2022

Panorama Fiscal y de Financiamiento en América Latina

 

Panorama fiscal y de financiamiento en  América Latina

*Desafíos de la política Fiscal pos-COVID

Haciendo un análisis de la situación coyuntural de toda América Latina y tomando en cuenta publicaciones de la CEPAL podemos afirmar que en 2020 y 2021, en los países de América Latina y el Caribe se tomaron importantes medidas fiscales para contrarrestar el impacto social, productivo y económico de la pandemia de COVID-19. La fuerte contracción de la actividad económica socavó los ingresos públicos. La caída de la recaudación tributaria limitó los recursos disponibles para responder a la crisis. Por otra parte, el gasto público se expandió mucho como resultado de los importantes paquetes de medidas fiscales que se adoptaron. Esta dinámica de los ingresos y los gastos dio como resultado déficits fiscales, tanto globales como primarios, históricamente elevados. Las crecientes necesidades de financiamiento llevaron a una expansión significativa de los niveles de deuda.

La inversión pública y privada  es una herramienta indispensable para impulsar la recuperación y transformación exitosa de las economías y sociedades de la región. Por ello es importante dirigir estos esfuerzos hacia sectores que reduzcan la huella ambiental de la actividad económica, que fomenten la creación de empleo productivo y de calidad, y que promuevan el desarrollo de cadenas de valor. La CEPAL  ha señalado, que existen varios sectores dinamizadores que podrían impulsar un cambio estructural progresivo. Entre ellos destacan los siguientes: la transición energética hacia las energías renovables no convencionales; la movilidad sostenible y el espacio urbano; la revolución digital para la sostenibilidad; la industria manufacturera de la salud; la bio economía; la economía circular, y la recuperación sostenible del sector turístico.

A modo de ejemplo, una inversión anual equivalente al 1,35% del PIB en la transformación de la matriz energética basada en energías renovables conllevaría una reducción de un 30% de las emisiones acumuladas de CO2 y generaría 7 millones de puestos de trabajo entre 2020 y 2032. En la misma línea, la promoción de actividades relacionadas con la economía circular basadas en cadenas de producción local y en la gestión y el reciclaje de residuos podría generar hasta 450.000 puestos de trabajo y aumentaría el PIB regional en un 0,35%.

Aunque la crisis afectó a empresas de todos los tamaños, las mipymes se vieron especialmente perjudicadas. Debido a su tamaño, estas empresas suelen funcionar con un flujo de caja limitado y márgenes pequeños de ganancia, por lo que estuvieron excepcionalmente expuestas a la paralización de la actividad económica. Además, el acceso a la liquidez, que podría ayudarlas a superar una crisis a corto plazo, a menudo se ve limitado por la falta de acceso al financiamiento del sistema bancario formal. El peligro que suponía el cierre generalizado de las mipymes, que representan el 88,4% de las empresas y el 27,4% del empleo en la región, llevó a que en los países se tomaran medidas para brindar liquidez en condiciones preferenciales a estas empresas .

 Si bien estas medidas permitieron proporcionar una asistencia esencial a estas empresas en el corto plazo, un gran desafío radica en que saldrán más endeudadas de esta crisis. Esta situación se debe a que la mayoría de los programas implementados para proteger la estructura productiva durante la pandemia conllevó la formación de pasivos a través de la postergación de las obligaciones impositivas y al otorgamiento de préstamos preferenciales o garantías estatales de crédito. Más allá de la urgencia de la crisis, deben considerarse mecanismos complementarios de financiamiento que ayuden a las mipymes a incrementar su productividad y que incentiven la actividad en sectores estratégicos.

Como conclusión agregamos que en este proceso, los gobiernos  deberían fomentar alianzas estratégicas con el sector privado para determinar mejor qué oportunidades existen, diseñar proyectos más adaptados a las soluciones consideradas y construir estrategias financieras robustas y capaces de sostener esta labor en el tiempo. Desde el punto de vista de la acción pública, hay varias áreas que podrían incentivar un nuevo modelo de desarrollo productivo basado en una revolución digital y en el uso de tecnologías limpias.

Un análisis un poco más detallado sobre la situación de Argentina en cuanto a financiamiento  para mipymes vemos que  el banco central amplió la oferta de líneas de financiamiento al sector privado en condiciones más favorables que las del mercado. Esta ampliación incluyó un conjunto de programas del Ministerio de Desarrollo Productivo a través de los cuales se otorgaron nuevos préstamos, bonificaciones del costo financiero y garantías de crédito, que se financiaron con el Fondo Nacional de Desarrollo Productivo (FONDEP) y el Fondo de Garantías Argentino (FoGAr). Por otra parte, el banco central implementó la Línea de Financiamiento para la Inversión Productiva (LFIP), que establece que los bancos deben mantener un saldo mínimo de financiamiento destinado a microempresas y pequeñas y medianas empresas (mipymes) para capital de trabajo y la adquisición de bienes de capital.

Dra. Lidia B. Castelar López

Junio 2022

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